miércoles, 25 de junio de 2008

El pan nuestro de cada día

En estos último días mucho se ha hablado sobre el precio de los alimentos, desde el Gobierno Nacional se sostiene que las retenciones sirven para que los argentinos no paguemos los productos a precios internacionales, es decir se aplican retenciones con el fin de disminuir la brecha entre los precios internos y externos, además de está manera se evita la perdida del poder adquisitivo de los argentinos. Por su parte, los voceros de la Mesa de Enlace dicen lo contrario.

A continuación, difundimos un material que llegó al blog. Es un pequeño ejercicio didáctico, muy simple, pero que tiene el objetivo de verificar si realmente las retenciones cumplen con su cometido. Se compararon los precios de productos de una misma marca que se venden en los supermercados de Argentina (http://www.cotodigital.com.ar/) y de Uruguay (http://www.devoto.com.uy/).

Por ejemplo un producto que no tiene retenciones, una lata de arbejas de la marca Acord sale $1,79 mientras que en Uruguay cuesta $13, 9 pesos uruguayos que equivalen a $2,19 pesos argentinos. Es decir, un 22% más caro que cuando se vende en nuestro país. Hay que tener en cuenta, que cuando un producto se exporta es normal que valor final sea un 20% más, ya que se deben incluir los costos por el transporte y comercialización en el exterior.

La salsa de tomate tampoco tiene retenciones, una caja de 300 gramos de la marca Salsati en la Argentina cuesta $1,89 mientras que en Uruguay $14,90 uruguayos, esto equivale a $2,35 pesos argentinos. Acá la diferencia es de 24%.

Ahora pasemos a los productos que si tienen retenciones. Un kilo de harina de la marca Cañuelas en la Argentina cuesta $1,17, mientras que en Uruguay $23,90 uruguayos que equivalen a $3,75 pesos argentinos. Acá la diferencia es de 222%.

Otro ejemplo, un kilo de cereal para bebes Nestle en nuestro país vale $22 pesos, en Uruguay se encuentra por $281,6 pesos uruguayos que equivalen a $44,5pesos argentinos. Acá la diferencia entre el precio interno y el externo es de 102%.

Ahora bien, todos sabemos que los sectores más pobres gastan la mayor parte de su salario en alimentos. Por lo tanto, la política de retenciones que, como vimos, evita el traslado de los precios internacionales a los argentinos, es una política justa que defiende el bolsillo de todos y, en especial, de los que más lo necesitan.



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